UNIVERSIDAD NACIONAL DE EDUCACIÓN Carrera de: Educación Básica Itinerario Académico en: Educación General Básica La pareja pedagógica practicante: modalidad de formación docente en la Universidad Nacional de Educación Trabajo de titulación previo a la obtención del título de licenciatura en Ciencias de la Educación Básica Autores: Juan Gabriel Jaramillo Jimbo CI: 1150324596 Justina Elena Orovio Quintero CI: 0926516881 Tutor: Ricardo Enrique Pino Torrens CI: 0151398914 Azogues - Ecuador 04-agosto-2019 Página | 2 Juan Gabriel Jaramillo Jimbo, Justina Elena Orovio Quintero Universidad Nacional de Educación Resumen: Este trabajo propone las funciones de la pareja pedagógica practicante para cada unidad de formación en la Universidad Nacional de Educación (UNAE), considerando los componentes curriculares y pedagógicos del Modelo de Práctica Preprofesional (2017) de la universidad que constituye junto al Modelo Pedagógico de la UNAE (2017) como antecedentes de la investigación. Para el estudio se revisaron teóricamente las categorías: pareja pedagógica, formación docente, práctica preprofesional, entre otros. Se asumió el concepto de pareja pedagógica practicante a partir del estudio de diferentes opiniones de autores consultados y en base a la experiencia en la práctica preprofesional. Se entiende como pareja pedagógica practicante a dos o más estudiantes que realizan un trabajo de manera cooperativa, reflexiva, formativo, de acompañamiento y responsabilidad común antes, durante y después de la práctica preprofesional. Se utilizaron métodos de investigación como la observación, análisis documental, entrevistas y encuestas; e instrumentos como el diario de campo, guías de observación. La observación, en su modalidad de observación participante, permitió registrar información en los diarios de campo, útil para el diagnóstico de este trabajo, en el que participaron estudiantes, docentes y directivos tanto de la UNAE como las instituciones donde se realiza la práctica preprofesional. A partir del diagnóstico, se llegó al problema de investigación: ¿cuáles serán las funciones de las parejas pedagógicas practicantes en cada una de las unidades de formación para la carrera Educación Básica? Como resultado se proponen las funciones de la pareja pedagógica practicante: comunicativa, organizativa, ejecutiva, investigativa y evaluativa. Palabras claves: pareja pedagógica practicante, formación docente, práctica preprofesional, trabajo en equipo. Página | 3 Juan Gabriel Jaramillo Jimbo, Justina Elena Orovio Quintero Universidad Nacional de Educación Abstract: This paper proposes functions of the practicing pedagogical partner for each training unit at National University of Education (UNAE), considering the curricular and pedagogical components of Pre-Professional Practice Model (2017) of the university, together with the Pedagogical Model of UNAE (2017), linked to early research. For the study, the categories: pedagogical partner, teacher training, pre-professional practice, among others, were theoretically revised. The concept of a practicing pedagogical partner was assumed based on the study of different authors’ opinions and on experience in pre-professional practice. It is understood as a practicing pedagogical partner two or more students who perform a work cooperatively and reflectively, by training, following and sharing common responsibility before, during and after pre- professional practice. Research methods such as observation, documentary analysis, interviews and surveys were used as well as instruments such as field diary, observation guides, interview guides and questionnaires. The observation, in its modality of participant observation, allowed to register information in the field diaries, useful for the diagnosis of this work, in which students, teachers and managers of both UNAE and the institutions where the pre-professional practice takes place participated. From the diagnosis, the research problem was reached: what will be the functions of the practicing pedagogical couples in each of the training units for Basic Education major? As a result, the functions of practicing pedagogical partner are proposed: communicative, organizational, executive, investigative and evaluative ones Keywords: practicing pedagogical couple, teacher training, preprofessional practice, teamwork. Página | 4 Juan Gabriel Jaramillo Jimbo, Justina Elena Orovio Quintero Universidad Nacional de Educación Índice del Trabajo ÍNDICE INTRODUCCIÓN 5 CAPÍTULO 1: Marco teórico 10 CAPÍTULO 2: Marco metodológico 35 CAPÍTULO 3: Propuesta 55 CONCLUSIONES 67 RECOMENDACIONES 69 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ANEXO Índice de tablas Tabla 1: Relación de las unidades de formación con los componentes de la Práctica Preprofesional 20 Tabla 2: Objetivos de las unidades de formación y su relación con los ejes vertebradores 22 Tabla 3: Competencias básicas y profesionales de la formación docente en la UNAE 26 Página | 5 Juan Gabriel Jaramillo Jimbo, Justina Elena Orovio Quintero Universidad Nacional de Educación INTRODUCCIÓN La pareja pedagógica es una forma de trabajo frecuente entre los docentes formados y en ejercicio. Sin embargo, aun cuando la práctica preprofesional es una actividad que se desarrolla desde hace mucho tiempo en diferentes carreras universitarias, la actividad de la pareja pedagógica practicante es un ejercicio relativamente reciente y por ello es importante estudiarle. El presente trabajo enmarcado en la modalidad de titulación: sistematización de prácticas preprofesionales, asume la pareja pedagógica practicante como una modalidad de formación docente que articula y opera conjuntamente con los actores de la práctica preprofesional en las diferentes instituciones educativas. Justificación El desarrollo profesional de los docentes constituye una de las nueve líneas de investigación de la UNAE descritas en su portal web. Según la UNAE, ésta abarca investigaciones relacionadas con la formación inicial de los docentes, se debe considerar las competencias que se deben dominar para un desempeño profesional satisfactorio y aspectos de formación una vez incorporado a la carrera. En efecto, uno de los aspectos en la formación profesional es el trabajo de la pareja pedagógica practicante antes, durante y después de la práctica preprofesional en las diferentes instituciones educativas a lo largo de la carrera. Por lo tanto, la experiencia obtenida durante estos cuatro años de formación docente, específicamente en la práctica preprofesional, ha permitido conocer que el trabajo en equipo, ya sea en cuartetos, tríos o parejas ha tenido diferentes resultados positivos y negativos para todos los actores educativos de las instituciones educativas (estudiantes, tutores profesionales y directivos) como de la Universidad Nacional de Educación (practicantes, tutores académicos y autoridades académicas). Asimismo, adentrados en la práctica preprofesional, se puede decir que la observación participante, el análisis documental, las entrevistas y las encuestas, fueron el principal camino para identificar la importancia y necesidad del trabajo entre pares antes, durante y después de la práctica preprofesional. Por ejemplo, según nuestra experiencia en el acompañar, ayudar y experimentar la práctica educativa, un sólo practicante no alcanza a observar e intervenir en las necesidades o intereses que requiere el aula. Página | 6 Juan Gabriel Jaramillo Jimbo, Justina Elena Orovio Quintero Universidad Nacional de Educación Mientras que, estando en pareja, es posible atender dicha situación, por eso se sugiere que la práctica preprofesional sea bajo la modalidad de parejas pedagógicas. En esa línea, Carniato, Tulián y Velázquez (2015), manifiestan que “la tarea docente no se realiza en soledad, y es a partir de la mirada del otro y de su estar ahí, que las prácticas pedagógicas cobran sentido y se enriquecen” (p.1). Mientras que para Rodríguez (s/f) trabajar en pareja permite “la existencia de una pluralidad de lenguajes llenos de sensaciones, pensamientos y medios para comunicar y expresarse” (p.1). Siguiendo a los autores, se puede resaltar la importancia del trabajo en equipo que se realiza como pareja pedagógica en la práctica, e incluso en el desarrollo del trabajo de titulación. Es preciso mencionar que en cada ciclo transitado en la UNAE se ha observado que el proceso de formación docente corresponde a diferentes criterios derivados de los núcleos problémicos y ejes integradores que favorecen una profesionalización fundamentada en principios de calidad educativa, inclusión, interculturalidad, equidad, ambiente e igualdad de género. En esa línea, se observa que el trabajo en pareja pedagógica practicante constituye un elemento primordial para el desarrollo y concreción de las competencias básicas y profesionales de la formación académica que establece el Modelo Pedagógico de la UNAE (2017). En ese sentido, la propuesta de funciones surge desde la observación participante de la pareja pedagógica practicante y el análisis del Modelo de Práctica Preprofesional de la UNAE (2017), donde se establecen lineamientos para la conceptualización y tareas de las parejas pedagógicas. Este documento es punto de partida para precisar las funciones que deben ser cumplidas por la pareja pedagógica practicante. Se entiende que esta modalidad de formación docente permite a cada practicante fortalecer su desempeño preprofesional en cada una de las unidades de formación. Así pues, el diálogo de saberes, la retroalimentación de experiencias, el acompañamiento pedagógico, la coevaluación, entre otros aspectos que se evidencia en el trabajo de la pareja pedagógica practicante, constituyen ideas que resaltan la importancia de este trabajo. Página | 7 Juan Gabriel Jaramillo Jimbo, Justina Elena Orovio Quintero Universidad Nacional de Educación Definición del problema La identificación del problema parte desde dos acciones. En el primer caso, surge desde la observación participante del trabajo en pareja pedagógica practicante antes, durante y después de la práctica preprofesional, en la cual se resalta su pertinencia e importancia en la formación docente de los estudiantes de la Universidad Nacional de Educación. Ejemplo de ello es el acompañamiento pedagógico que se genera en el diseño, ejecución y evaluación de una Planificación de Unidad Didáctica. Como pareja pedagógica practicante se concuerda que resulta factible cumplir ésta y las demás funciones de la práctica preprofesional en pares antes que de manera individual. En el segundo caso, el problema parte del análisis documental realizado al Modelo de Práctica Preprofesional de la UNAE (2017), en el cual, se identifica una descripción general no detallada de las diversas tareas que debe cumplir la pareja pedagógica practicante en la práctica preprofesional. Por lo tanto, se aprecia la necesidad de contar con una propuesta de funciones para el desempeño de la modalidad de formación en pareja pedagógica practicante antes, durante y después de la práctica preprofesional correspondiente a cada unidad de formación. Por ello, la pregunta científica que se deriva del problema de investigación es la siguiente: ¿cuáles serán las funciones de las parejas pedagógicas practicantes en cada una de las unidades de formación para la carrera Educación Básica? Para indagar y encontrar la respuesta a la pregunta formulada, se presentan los siguientes objetivos: Objetivos General ● Proponer las funciones de la pareja pedagógica practicante en cada una de las unidades de formación a partir de los ejes integradores, núcleos problémicos, competencias básicas y profesionales y, ejes vertebradores de la práctica preprofesional en la carrera Educación Básica en la UNAE. Específicos ● Diagnosticar el problema a través de la observación participante y análisis documental. ● Fundamentar teórica y metodológicamente los conceptos y categorías afines al objeto de investigación. Página | 8 Juan Gabriel Jaramillo Jimbo, Justina Elena Orovio Quintero Universidad Nacional de Educación ● Realizar el pilotaje de la propuesta inicial para determinar con mayor precisión las funciones a partir de la participación de docentes y estudiantes con experiencia en prácticas preprofesionales. ● Definir las funciones de la pareja pedagógica practicante UNAE en las diferentes unidades de formación en la carrera Educación Básica antes, durante y después de la práctica preprofesional. Para el estudio de las diferentes categorías de este trabajo se emplearon aportes de autores clásicos y contemporáneos. Así, el Modelo de Práctica Preprofesional de la UNAE (2017); Beltramo (2012); Carniato, Tulián y Velázquez (2015); Rodríguez Zidán y Grilli Silva (2015); entre otros para la definición de pareja pedagógica practicante. En el caso de formación profesional docente fueron consultados autores como: Venegas (2004), Porras (2016), Modelo Pedagógico de la UNAE (2017). Para el análisis de Práctica Preprofesional se consultó el Modelo Pedagógico UNAE (2017), Modelo de Práctica Preprofesional (2017), Domínguez (2017), Hellinger (2005), entre otros. En el caso de la categoría funciones se consultó la última edición de la Real Academia Española, Modelo de Práctica Preprofesional (2017), Modelo Pedagógico de la UNAE (2017), Brönstrup, Godoi y Ribeiro (2007), Quidiello y Márquez (2002), Aguilar (2009), López (2005), Matos y Pasek (2005), Guzmán (2006), Ruiz (2010), Mora (2004), entre otros. En el marco metodológico fueron considerados los aportes de autores como: Arteaga y González (2001), Henández Sampieri (2014), Colmenares (2008), Modelo de Práctica Preprofesional (2017), entre otros. Se utilizaron métodos de investigación como la observación, análisis documental, entrevistas y encuestas; e instrumentos como el diario de campo, guías de observación, guías de análisis documental y cuestionarios. La observación, en su modalidad de observación participante, permitió registrar información en los diarios de campo, útil para el diagnóstico, en el que participaron estudiantes, docentes y directivos tanto de la UNAE como las instituciones donde se realiza la práctica preprofesional. La estructura del presente informe se organiza de la siguiente manera: anteceden a la introducción los datos generales, agradecimientos y dedicatorias de los autores, así como el resumen y palabras clave en español y en versión inglés. Como se apreció anteriormente la introducción abarca la justificación, definición del problema y objetivos. También cuenta con tres capítulos: el primero corresponde al marco teórico, el segundo al marco metodológico y el tercero a la propuesta. Luego de ello se encuentran las Página | 9 Juan Gabriel Jaramillo Jimbo, Justina Elena Orovio Quintero Universidad Nacional de Educación conclusiones, recomendaciones y referencias bibliográficas. En la parte final, se encuentran los anexos del trabajo. Página | 10 Juan Gabriel Jaramillo Jimbo, Justina Elena Orovio Quintero Universidad Nacional de Educación DESARROLLO Capítulo 1: Marco teórico El primer aspecto a considerar en la fundamentación teórica de la investigación se relaciona con la pareja pedagógica practicante, concepto clave en el proceso del cual se estudia su origen y formula su conceptualización en párrafos posteriores Según la UNAE, en su Modelo de Práctica Preprofesional (2017), “lo ideal es que la PP se viva en parejas” (p.27). Sin embargo, hay que considerar que estas parejas se formarán de acuerdo al distributivo de las escuelas, pueden ser que en algunas ocasiones sea un trío o solamente trabaje un estudiante. Desde aquella distribución, se desprende principalmente el trabajo en pareja pedagógica practicante, puesto que en los primeros ciclos de la unidad de formación básica la práctica puede variar de pares a quintetos. Pero, desde la unidad de formación profesional ésta se desarrolla con mayor frecuencia en pares. El trabajo de la pareja pedagógica en la práctica preprofesional de la UNAE cobra sentido cuando los integrantes comprenden que su formación profesional se fortalece con el apoyo de otro compañero a través de la retroalimentación, reflexión, crítica constructiva, entre otros aspectos que relacionan a la pareja. Por esta razón, en este apartado se abordan algunos conceptos, definiciones y argumentos de autores que hacen referencia a la pareja pedagógica. Cabe aclarar que la mayoría de ellos no argumentan sus teorías hacia parejas pedagógicas practicantes sino de profesionales docentes. Sin embargo, todos concuerdan en el punto de merecer importancia al trabajo que realiza una pareja pedagógica de profesionales, para este caso, se aplica al estudio de la pareja pedagógica practicante. Sobre el concepto pareja pedagógica Beltramo (2012) expone que “cada miembro de la pareja observa los aportes de su compañero y los considera en prácticas posteriores” (p.257). Tres años más tarde Carniato, Tulián y Velázquez mencionan que “la tarea docente no se realiza en soledad y es a partir de la mirada del otro y de su estar ahí que las prácticas pedagógicas cobran sentido y se enriquecen” (p.18). Mientras que en la UNAE en su Modelo de Práctica Preprofesional (2017) manifiesta que el trabajo en pareja pedagógica permite “tener la posibilidad de reflexionar acerca de las vivencias en la escuela y de lo que se ha observado en el otro, como aporte a la formación de cada uno” (p.28). Página | 11 Juan Gabriel Jaramillo Jimbo, Justina Elena Orovio Quintero Universidad Nacional de Educación En coincidencia con los autores antes mencionados, se puede decir que el trabajo en pareja fortalece la formación profesional debido al acompañamiento y reflexión que realiza la pareja en función de cada una de las experiencias. Así también, lo manifiesta una docente de Educación General Básica de la Escuela Isaac A. Chico, al responder el pilotaje sobre el análisis de la propuesta de funciones, argumentó: “si un solo docente no ve o no se percata de lo que sucede en la clase, está la pareja pedagógica para hacer la observación, crítica o recomendación necesaria en lo que se está fallando o falta más de reforzar o mejorar. Estas parejas pedagógicas ayudarían mucho en los primeros años de Básica, porque así se podría cubrir de mejor manera con las necesidades y expectativas de cada uno de los estudiantes y como no del docente en mejorar el aprendizaje impartido”. Vaillant y Westtein (s/f), citados por Rodríguez Zidán y Grilli Silva (2015), resaltan la importancia de que los practicantes no actúen en solitario, sino que estén permanentemente acompañados por un compañero testigo. Un compañero que no sólo mire la clase, las situaciones y los contextos, sino que a través de comentarios y observaciones contribuya al mejoramiento de la formación profesional de su compañero, de su pareja, de su equipo. Otro de los aspectos que caracteriza a la pareja pedagógica practicante es el acompañamiento pedagógico. El mismo implica comprender que los practicantes no conforman una pareja o equipo cuyo fin sea el fortalecimiento de relaciones sociales, sino que, su principal objetivo es la tarea pedagógica o, como se ha mencionado anteriormente, la formación profesional docente. Es decir, brinda a cada practicante la capacidad de observar, criticar y retroalimentar conocimientos y experiencias. De orientarse de manera consciente y respetuosa hacia un objetivo. En una entrevista, Gladys Portilla, coordinadora de Gestión Académica de la UNAE, manifestó que el acompañamiento pedagógico está directamente relacionado con uno de los ejes vertebradores de la práctica preprofesional y que éste implica una observación participativa entre la pareja, de la que los tutores académicos deben considerar para su evaluación a la pareja pedagógica practicante. Mientras que Porras (2016) mira el acompañamiento pedagógico como una estrategia que contribuye a la construcción de competencias por medio de la reflexión del quehacer pedagógico y curricular. Por su parte, Beltramo (2012) menciona que “este acompañamiento favorece la reflexión sobre las propias prácticas, ayuda a enfrentar diferentes situaciones y Página | 12 Juan Gabriel Jaramillo Jimbo, Justina Elena Orovio Quintero Universidad Nacional de Educación emociones, ya sean positivas como negativas” (p.7). Siguiendo a la autora, el acompañamiento ya no sólo incluye actividades propiamente escolares o educativas, sino, se convierte en un espacio de intercambios emocionales y sentimentales. Por ejemplo, se cita una experiencia como pareja pedagógica practicante luego de un día normal de práctica preprofesional en la Escuela Isaac A. Chico: “Hoy mientras veníamos en el bus para llegar a la escuela, conversamos sobre los acontecimientos del pasado feriado. Tanto mi pareja pedagógica como yo tuvimos buenos días de vacaciones que nos permitieron avanzar con actividades académicas atrasadas. Conversamos también sobre ciertos temas de índole personal sobre necesidades económicas y consejos de vida. En fin, una conversación amena que me permitió iniciar bien la semana. Creo que este tipo de conversaciones fortalecen la relación social que tenemos como pareja pedagógica practicante porque evidencia confianza para tratar temas que no sólo tiene que ver con lo académico, sino con cosas de la vida que de cierta manera influye en la formación y desempeño profesional”. (Diario de campo, 2018) Desde otra perspectiva, López y Trinidad (s/f) miran al trabajo en pareja pedagógica como un ambiente de aprendizaje desde el consenso de los diferentes puntos de vista y el complemento de miradas a la hora de planificar, ejecutar y evaluar. Mientras que Duarte (2003) menciona que el ambiente debe ser “un medio de vida compartido, solidario y democrático” (p.100). En acuerdo con los autores, se menciona a la crítica y reflexión como dos aspectos esenciales en el consenso de ideas para el diseño, ejecución y evaluación de tareas de la práctica. Por lo tanto, un ambiente crítico y reflexivo, en palabras de Leal (2003) se genera con la capacidad de razonar, de hacer una lectura cuidadosa y disciplinada de alguien o de algo, de abandonar la ignorancia para abrirse al conocimiento y de reconocer la verdad en las personas, casos y contextos. En este aspecto, cada miembro de la pareja pedagógica practicante debe analizar crítica y reflexivamente las carencias y potencialidades del desempeño de su compañero en la práctica para establecer en conjunto, estrategias de mejoramiento. Así lo considera Piaget (1976), citado por Sánchez y Puig (2013) quien expone que la reflexión direcciona al conocimiento y aprendizaje a partir de experiencias. En efecto, de acuerdo con Chacón (2006) tanto la reflexión como la crítica, deben ser consolidados a partir de la aplicación de estrategias. En tanto que, cada practicante es Página | 13 Juan Gabriel Jaramillo Jimbo, Justina Elena Orovio Quintero Universidad Nacional de Educación responsable de buscar la forma de reflexionar su práctica preprofesional para “utilizar el conocimiento de manera reflexiva y productiva” (Modelo Pedagógico UNAE, 2017, p.15). Otra característica del ambiente de aprendizaje en la pareja pedagógica practicante es el diálogo de saberes, puesto que cada miembro de la pareja va adquiriendo información, conocimiento y aprendizajes en todo el proceso de su formación profesional docente, criterios que, de alguna manera se convierten en saberes y, por ende, tienen que ser comunicados o compartidos con su pareja pedagógica. Según Hernández, Lamus, Carratalá y Orozco (2017) éste “genera conocimiento sobre costumbres, experiencias y lecciones aprendidas, buscando la comprensión de los fenómenos, y permitiendo participar a los actores involucrados desde un abordaje más cercano que facilite la comprensión y apropiación de conocimientos compartidos” (p.244). En acuerdo con los autores, el diálogo de saberes parte de los aprendizajes de acuerdo a los ejes integradores de cada ciclo. Por ejemplo, en el quinto ciclo los practicantes conocen sobre el diseño y construcción de escenarios, contextos y ambientes de aprendizaje. En ese sentido, la pareja pedagógica practicante dialoga sobre metodologías a considerar en la ejecución de una clase. Así como se ilustra en el siguiente ejemplo surgido a partir de la práctica preprofesional en Séptimo Ciclo de la Escuela Isaac A. Chico: “A las 09:00 mi pareja pedagógica asistió a un taller de la escuela y al finalizar la jornada no llegaba todavía así que la profe me pidió que planifique la clase de Estudios Sociales para el siguiente día. Cuando llegó, le comuniqué sobre lo que había avanzado de la planificación. Dialogamos sobre las estrategias didácticas y sus respectivos recursos que había considerado y una de ellas, mi pareja sugirió modificar para incluir a todos los niños. El diálogo nos permitió llegar a acuerdos y compromisos para diseñar y ejecutar bien la planificación”. (Diario de campo, 2017) A partir del ejemplo expuesto, se puede notar la importancia del diálogo en la pareja pedagógica practicante, caso contrario, hay la posibilidad de que el trabajo en equipo, desarrollo de competencias, cumplimiento de tareas, comunicación, entre otros aspectos, se vea limitado y, por ende, no se desarrolle bien la formación profesional docente en el marco de la práctica preprofesional. Página | 14 Juan Gabriel Jaramillo Jimbo, Justina Elena Orovio Quintero Universidad Nacional de Educación En correspondencia con lo anterior, la coordinadora de Gestión Académica de la UNAE, manifestó que el diálogo es una herramienta que brinda la oportunidad y posibilidad de comunicar dudas, problemas o necesidades de cada miembro de la pareja. Agrega también que el diálogo permite asumir o reconocer debilidades en la habilidad comunicativa. Tal criterio, coincide con los argumentos expuestos por docentes de la UNAE quienes, al responder la encuesta aplicada, manifestaron en relación al criterio “creación de espacios comunes para análisis de coincidencias y divergencias” que, éste implica la creación de espacios de diálogo enfocados en una comunidad de aprendizaje. Siguiendo con el estudio de una pareja pedagógica practicante, Bruffee (1999) citado por Cotrina, García y Caparrós (2017), menciona que cada miembro de la pareja debe “aceptar que ha de existir una relación de confianza y de reconocimiento de autoridad” (p.58). Según el autor, uno de los miembros de la pareja debe reconocer la autoridad de su compañero y manejar profesionalmente relaciones de poder. Sin embargo, hay que reconocer que trabajar entre pares, es considerar una relación de horizontalidad donde la autoridad debe ser vista como un liderazgo que debe ser compartido. No obstante, en acuerdo con Bruffee (1999), la confianza entre sí es vital porque favorece al reconocimiento de carencias y potencialidades de la pareja. En esa línea, es importante mencionar que trabajar entre pares demanda trabajar cooperativamente, puesto que, según Casani (1995); Méndez y Torres (2000), citados por Martínez y Briones (s/f), la cooperación es un acuerdo explícito entre dos o más personas o entidades. Mientras que para García (2018) ser cooperativo es actuar con responsabilidad y compromiso hacia un objetivo en común. En acuerdo con los autores, la pareja pedagógica practicante desarrolla el trabajo cooperativo cuando sus miembros están predispuestos a cumplir responsablemente sus funciones en un ambiente ameno, formativo y de bienestar común. Por tanto, en este ámbito no debe caber el egoísmo, competición individual, el abandono, la inhibición, entre otros aspectos que dificulte a la pareja cooperar o, en palabras de Valero (1990) trabajar en equipo. Desde el punto de vista de Valero (1990) es necesario recordar que el compromiso de trabajo en equipo no siempre se da por la presencia física del otro en el cumplimiento de tareas, sino que éste puede manifestarse en el buen manejo de la comunicación independientemente de estar siempre juntos. Así lo demuestra una experiencia adquirida como pareja pedagógica practicante del Séptimo Ciclo en la Escuela Isaac A. Chico, como pareja pedagógica se dice que: Página | 15 Juan Gabriel Jaramillo Jimbo, Justina Elena Orovio Quintero Universidad Nacional de Educación “Previo a la reunión, nuestra profe de Cátedra nos solicitó elaborar preguntas en base a los estándares de calidad para realizarlas a los directivos en caso de no ser respondidas. Con mi pareja hicimos el trabajo en su tiempo y estábamos preparados para dicha reunión. Sin embargo, ella no pudo asistir y fui yo quien puso en evidencia la preparación. Es decir, nos apoyamos para cumplir con nuestro trabajo”. (Diario de campo, 2018) Valero (1990) también menciona que el tamaño del equipo es importante porque mientras más reducido es el grupo la eficacia se ve mayormente comprometida y, al contrario, el conjunto resulta inmanejable. Siguiendo al autor y de acuerdo a la experiencia en prácticas preprofesionales, se puede decir que es necesario considerar el número de practicantes que ingresan a las aulas de las diferentes instituciones educativas, sin olvidar la necesidad tanto de la UNAE como de las instituciones educativas donde se realizará la práctica preprofesional. Rodríguez Zidán y Grilli Silva (2015) concuerdan con Valero (1990) al mencionar que la conformación de equipos, más allá de ser un componente técnico y estratégico, demanda una intencionalidad. La misma que se ve orientada y direccionada por los distintos ejes y núcleos que caracterizan a cada periodo académico de las unidades de formación. Por ejemplo: en el primer periodo académico correspondiente a la unidad de formación básica la intención es conocer las políticas públicas educativas. En la mirada de las intenciones de trabajar en equipo, Rodríguez Guidin (2010) manifiesta que ésta implica tres dimensiones: interacción, participación y motivación. Desde esa perspectiva, se cree que la dimensión de interacción se ve reflejada en el cumplimiento de tareas propias de la práctica preprofesional y de áreas como Cátedra Integradora. Mientras que la dimensión de participación se puede ver reflejada en el diseño, ejecución y evaluación de una Lesson Study. Y, la dimensión de motivación cuando entre pareja pedagógica practicante se construyen objetivos y metas de trabajo. Otra característica del trabajo en equipo es la responsabilidad común en el cumplimiento de tareas de la práctica, puesto que, según Febres (2007) y Carreras (s/f), citado por Torres (2005), ésta significa dar respuesta al llamado del otro, cumplir las obligaciones, rendir cuentas, asumir las consecuencias de la toma de decisiones y acciones. Siguiendo a los autores, esto se da cuando cada practicante es consciente de las acciones que debe responder con su pareja pedagógica, tutores, estudiantes, entre otros actores de la práctica. Para el caso, es necesario una distribución equitativa de tareas, de Página | 16 Juan Gabriel Jaramillo Jimbo, Justina Elena Orovio Quintero Universidad Nacional de Educación lo contrario, no sería algo común, sino una sobrecarga de actividades en uno de los miembros de la pareja pedagógica practicante. Si bien es cierto, la mayor parte de autores mencionados anteriormente no hacen referencia a la pareja pedagógica en el escenario de la práctica preprofesional, puesto que, sus argumentos explican cómo funciona una pareja pedagógica de profesionales en el campo laboral. Sin embargo, tales criterios no están muy alejados del trabajo que realiza la pareja pedagógica practicante porque el punto en común es la práctica educativa o la labor docente. Por lo tanto, son argumentos que relacionados a lo que a continuación manifiesta la UNAE en su Modelo de Práctica Preprofesional (2017), permiten definir el concepto de pareja pedagógica practicante. Según el Modelo de Práctica Preprofesional de la UNAE (2017) lo fundamental de estar en pareja para vivir el desafío del mundo de la profesión recae en diferentes criterios como: “tener la posibilidad de reflexionar acerca de las vivencias en la escuela y de lo que se ha observado en el otro, como aporte a la formación de cada uno. Estar juntos es la oportunidad para preguntar, buscar alternativas, construir propuestas, dialogar y reflexionar acerca del mundo de la profesión y del desarrollo del pensamiento educativo de cada uno de ellos, en un ambiente de retroalimentación y reciprocidad para aprender juntos a ser docentes para el Buen Vivir. Los futuros docentes se forman para una cultura profesional docente del diálogo, la cooperación y la comunitariedad”. (p. 31) Como se puede ver, la pareja pedagógica practicante en la UNAE es una forma de trabajo que comprende una formación integral para el estudiante y lo encamina a ser un docente formado en valores, principios y desde competencias básicas y profesionales. Capaz de involucrarse en los problemas, necesidades e intereses del aula, la escuela y la comunidad y en cuyo proceso de formación la autopreparación sea un componente fundamental. Por lo tanto, se asume que la pareja pedagógica practicante es una modalidad de formación profesional docente en los estudiantes de la Universidad Nacional de Educación. Una forma de trabajo entre pares que se construye en un ambiente de aprendizaje crítico-reflexivo, que funciona como estrategia formativa, cooperativa, de Página | 17 Juan Gabriel Jaramillo Jimbo, Justina Elena Orovio Quintero Universidad Nacional de Educación diálogo, ayuda, acompañamiento, experimentación pedagógica y responsabilidad común entre los estudiantes practicantes que se forman como docentes. La actividad de la pareja pedagógica practicante ocurre antes, durante y después de la práctica preprofesional, desde esa perspectiva, la pareja pedagógica practicante se integra, como parte de su proceso de aprendizaje, en la gestión escolar de las instituciones de educación conjuntamente con los actores de la práctica preprofesional, tales como: el resto del grupo de practicantes, los escolares, los tutores profesionales, directivos de las escuelas y los tutores académicos de la universidad. También se menciona el involucramiento de la Dirección de Práctica Preprofesional, Dirección de Vinculación con la Comunidad, Dirección de Investigación, entre otras instancias de la UNAE que regulan el funcionamiento de la Práctica Preprofesional en las diferentes carreras. Formación profesional docente Antes de pensar en la formación profesional docente, como una misión de la UNAE, es importante revisar qué se entiende por formación. Para García Hoz (1970), citado por Venegas (2004), la formación implica comprender el significado “forma” y su relación con la materia (espacio). Siguiendo al autor, la formación es el producto de actuar sobre el espacio que, en este caso, es el escenario de la práctica preprofesional. Gorodokin (2005), citado por Porras (2016), menciona que “la formación tiene que ver con la transformación del sujeto y que está encaminada hacia el saber-hacer, el saber-obrar y el saber pensar, encontrándose en el intermedio de la educación y la institución” (p.20). Por ello, también considera que la formación es la relación entre el saber y la práctica, para que se den transformaciones en los aspectos cognitivos, afectivo y sociales. En la formación docente, Porras (2016) considera que se debe pensar en dos sentidos, “uno como práctica de enseñanza -este se relaciona con el proceso formativo- y el otro como interiorización del oficio de docente, entendido como perfeccionamiento y/o actualización en la práctica de enseñar” (p.11). En acuerdo con el autor, se puede decir que la formación implica un proceso transformador donde el docente debe reflexionar sus prácticas diarias para mejorar la enseñanza-aprendizaje. En este caso, el perfeccionamiento de la práctica de la pareja pedagógica practicante se genera a partir de la crítica constructiva que cada practicante recibe. Así, por ejemplo, se describe el siguiente caso experimentado como pareja pedagógica practicante en la Escuela Isaac A. Chico donde se resalta la crítica constructiva en su proceso de formación a partir del desarrollo de una clase: Página | 18 Juan Gabriel Jaramillo Jimbo, Justina Elena Orovio Quintero Universidad Nacional de Educación “Es necesario recalcar que como pareja pedagógica practicante nos apoyamos antes, durante y después de dar cada clase, ya sea en preparar los recursos didácticos o configurar el aula. Además, luego de cada clase, mi pareja compartía sus comentarios y recomendaciones acerca de cómo me fue en el desarrollo de las actividades y qué es lo que ella sugeriría mejorar o fortalecer para próximas actividades”. (Diario de Campo, 2018) En efecto, la formación profesional docente de la pareja pedagógica practicante implica también el desarrollo de las competencias tanto básicas como profesionales expuestas en el Modelo Pedagógico de la UNAE (2017). Una de las competencias básicas es la “competencia para aprender a autorregularse y a desarrollarse profesionalmente a lo largo de toda lo vida” (p.18). Es decir, la formación no se considera como un ciclo que tiene su principio y fin, sino que es un proceso permanente y presente a diario en los individuos. Práctica Preprofesional UNAE La práctica preprofesional es un componente importante dentro del Modelo Pedagógico UNAE (2017), puesto que “constituye uno de los momentos clave para la reflexión y el pensamiento educativo acerca de la mejora continua de la calidad de la educación, como su rol fundamental” (p.3). Es decir, es un escenario propicio para el aprendizaje y el fortalecimiento de la formación profesional docente donde la pareja pedagógica practicante cumple sus funciones según estos tres ejes vertebradores fundamentales para la ejecución, propuestos en el Modelo de Práctica Preprofesional (2017): acompañar, ayudar y experimentar. Además, la formación docente en la UNAE, según la Comisión Gestora 2015, citado en el Modelo de Práctica Preprofesional (2017), se caracteriza por el “desarrollo de las competencias básicas y profesionales propuestas en su modelo pedagógico, sustentación en la teorización de la práctica y experimentación de la teoría, compresión de la acción, comprensión de la teoría en acción y el cuestionamiento de la teoría” (p.4). De ello se desprende que la práctica preprofesional corresponde, desde el punto de vista curricular, al 40% y el otro restante corresponde a la reflexión y teorización de la práctica. Página | 19 Juan Gabriel Jaramillo Jimbo, Justina Elena Orovio Quintero Universidad Nacional de Educación La práctica preprofesional en la UNAE se concibe como el núcleo articulador de su modelo pedagógico. Es por esa razón que cobra importancia durante todas las unidades de formación docente de los estudiantes (básica, profesional y de titulación). Es en este escenario en el que se concreta y evidencia las categorías y conceptos anteriormente estudiados. En efecto, como diría el Modelo de Práctica Preprofesional (2017): “es el principal entorno para la formación del pensamiento práctico a partir del desarrollo de las competencias básicas y profesionales del docente (...) se aprende, a través del diálogo y la convivencia con otros, en contextos reales, complejos y desafiantes del mundo de la profesión (...) se aprende en y para la escuela, a través de la investigación de la práctica docente y la confrontación de la teoría con la práctica (...) se aprende a pensar bien, sentir bien y hacer bien, para la mejora de la calidad como elemento identitario de una cultura de la innovación docente”. (p.6) Como se puede ver, la práctica preprofesional se constituye como un elemento central, integrador de conceptos y generador de aprendizajes que permiten a la pareja pedagógica practicante una buena formación profesional. Por lo tanto, de manera general, el Modelo de Práctica Preprofesional de la UNAE (2017) detalla cómo debe operar la pareja pedagógica practicante en la práctica preprofesional: “Planificar con el tutor académico la práctica preprofesional; Coordinar con los tutores académico y profesional el proceso de su participación en la práctica preprofesional; Asistir puntual y regularmente a la escuela; Cumplir con las tareas y roles designados por sus tutores; Gestionar los andamiajes necesarios para acompañar, ayudar y experimentar en el aula y otros contextos docentes; Desarrollar el PIENSA (Proyecto Integrador de Saberes) a partir de las interrogantes que nacen en el contexto de la escuela, en la dimensión del núcleo problémico; Comprender y vivir la práctica preprofesional como el escenario privilegiado para aprender y aprender a enseñar; Aprovechar las situaciones del mundo escolar para desarrollar la mente científica y artística, la mente ética, solidaria y personal; Valorar los saberes de la escuela y la academia para aprender a pensar bien, sentir bien”. (p.27-28) Página | 20 Juan Gabriel Jaramillo Jimbo, Justina Elena Orovio Quintero Universidad Nacional de Educación Para la UNAE, en su Modelo de Práctica Preprofesional (2017), lo fundamental de estar en pareja es para: “vivir el desafío del mundo de la profesión desde la escuela; tener la posibilidad de reflexionar acerca de las vivencias en la escuela como aporte a la formación de cada uno; contar con la oportunidad de preguntar, buscar alternativas, construir propuestas, dialogar y reflexionar acerca del mundo de la profesión y del desarrollo del pensamiento educativo, en un ambiente de retroalimentación y retroalimentación y reciprocidad para aprender juntos a ser docentes para el Buen Vivir; formarse para una cultura profesional docente del diálogo, la cooperación y la comunitariedad”. (p.28) Si bien es cierto, el Modelo de Práctica Preprofesional UNAE (2017) cuenta con una lista de tareas que la pareja pedagógica practicante debe realizar, sin embargo, se considera necesario estructurar una propuesta que organice las tareas por funciones con acciones y criterios desde las prioridades que presenta cada unidad de formación en su relación con los componentes, tales como: núcleos problémicos, competencias básicas y profesionales, los ejes integradores, ejes vertebradores de la práctica. De manera que los practicantes se preparen desde la satisfacción de sus principales necesidades e intereses y fortalecer sus potencialidades. En efecto, el siguiente cuadro muestra la relación entre los componentes anteriormente mencionados que corresponden a cada unidad de formación. Ejes vertebradores de la práctica preprofesional Acompañar - Ayudar - Experimentar Unidad de formación Ciclo/ Tiempo de práctica en la escuela Núcleo problémico Eje integrador Básica I (24 horas) ¿Qué sujetos, contexto y sistemas socio-educativos? Políticas Públicas II (24 horas) Contextos educativos: familia, comunidad y grupo Página | 21 Juan Gabriel Jaramillo Jimbo, Justina Elena Orovio Quintero Universidad Nacional de Educación III (40 horas) ¿Qué enseñar? ¿Cómo enseñar? Modelos pedagógicos IV (150 horas) Modelos curriculares: fundamentos, enfoques y valores Profesional V (200 horas) ¿Qué ambientes, procesos y resultados de aprendizaje? Diseño y construcción de escenarios, contextos y ambientes de aprendizaje VI (200 horas) Diseño, aplicación y reformulación de los recursos y estrategias educativas para la adaptación, flexibilización e integralidad de experiencias de aprendizaje personalizadas VII (200 horas) Diseño, aplicación, evaluación y reformulación de modelos pedagógicos y curriculares adaptados a las necesidades de aprendizaje Titulación VIII (225 horas) ¿Qué valores y mecanismos de participación de los sujetos que aprenden y de la comunidad? Diseño, aplicación, evaluación y reformulación de modelos de intervención educativa comunitaria IX (270 horas) ¿Qué funciones y perfil docente? Sistematización de la práctica de investigación-intervención educativa Tabla 1: Relación de las unidades de formación con los componentes de la Práctica Preprofesional. Fuente: Modelo de Práctica Preprofesional UNAE (2017). http://repositoriounae.unae.edu.ec/normativa/2_normativa_comision_gestora/normativa _2018/2.pdf http://repositoriounae.unae.edu.ec/normativa/2_normativa_comision_gestora/normativa_2018/2.pdf http://repositoriounae.unae.edu.ec/normativa/2_normativa_comision_gestora/normativa_2018/2.pdf Página | 22 Juan Gabriel Jaramillo Jimbo, Justina Elena Orovio Quintero Universidad Nacional de Educación Cabe mencionar que de acuerdo a la experiencia, se define a la práctica preprofesional como el conjunto de circunstancias que rodean a la actividad de gestión de la práctica preprofesional, la cual permite comprender, evaluar y modificar la actuación de la pareja pedagógica practicante y su interacción con los actores de la práctica. En el desarrollo de la actividad de la pareja deben considerarse: la actividad académica, investigativa, de trabajo autónomo y de vinculación con la colectividad en el entorno de la praxis pre profesional, también el escenario escolar (institución, aula, maestros, alumnos, directivos y auxiliares), así como, la relación con las familias y la comunidad. La práctica preprofesional en la UNAE se desarrolla durante los nueve períodos académicos los cuales están organizados en tres unidades de formación, tal como se puede ver en el cuadro anterior. Dicha estructura permite comprender la progresividad de la práctica en la formación docente del estudiante UNAE. En tanto se propone que en cada unidad de formación de la carrera debería hacer énfasis a uno de los ejes vertebradores aun cumpliéndose siempre los tres, tal como se ilustra en la siguiente tabla: Unidad de formación Objetivo de la unidad Eje vertebrador Énfasis por unidad Funciones Básica Familiarizar con la profesión. Acompañar Ayudar Experimentar Acompañar Comunicativa Organizativa Ejecutiva Investigativa Evaluativa Profesional Consolidar el interés por la profesión. Ayudar Titulación Transformar de practicante a docente. Experimentar Tabla 2: Objetivos de las unidades de formación y su relación con los ejes vertebradores. Fuente: Construcción propia a partir del Modelo de Práctica Preprofesional UNAE (2017). Desde la información que proporciona la tabla anterior, se entiende que para llegar a establecer las funciones es necesario considerar la relación del objetivo de cada unidad de formación con el énfasis en los ejes vertebradores. De ahí, resulta importante describir cada uno de los objetivos que caracterizan a las unidades de formación. Página | 23 Juan Gabriel Jaramillo Jimbo, Justina Elena Orovio Quintero Universidad Nacional de Educación La familiarización con la profesión corresponde a la unidad de formación básica durante los primeros cuatro ciclos académicos. En esta etapa los estudiantes conocen, comprenden y valoran la realidad educativa y la naturaleza de la profesión docente. En el escenario de la práctica preprofesional se busca que los estudiantes tengan un acercamiento y acompañamiento cada vez mayor a la realidad educativa para comprender el trabajo del docente, la cultura escolar, caracterizar el contexto en el que desarrolla su práctica, desarrollar capacidades y afirmar su vocación. Desde la mirada del objetivo, para esta unidad, el eje vertebrador que debe enfatizar es el acompañar. Para la UNAE, en su Modelo de Práctica, el acompañar implica a los practicantes observar, discriminar, distinguir, cuestionar, dialogar, hacer hipótesis, diagnosticar conjuntamente con sus pares y tutores. Mientras que para Domínguez (2017) acompañar es un acto de amor, un arte o un saber hacer. Manifiesta que es un aspecto connatural de la persona, pues se camina junto a otros de manera que la presencia del uno le sea provechosa al otro. Siguiendo a los autores, el acompañamiento entre la pareja debe ser un arte para formarse, aprender a aprender y aprender a desaprender. Es decir, el practicante observa las potencialidades de la práctica de su compañero o su tutor y los comunica de manera que éste los analice y valore. Así como también se puede observar las potencialidades de la práctica preprofesional como tal. Como parte de ese acompañamiento el estudiante practicante se inicia con el conocimiento de las políticas educativas, conocimiento de los contextos educativos: familia, comunidad y grupo, conocimiento de modelos pedagógicos y el conocimiento de los modelos curriculares: fundamentos, enfoques y valores. Al mismo tiempo, se introduce en un proceso de aprendizaje dado por la teorización de la práctica y práctica de la teoría. Es importante que en esta etapa de familiarización todas las funciones de la pareja pedagógica practicante se orienten desde la reflexión crítica de cada experiencia. En cuanto a la unidad de formación profesional que va desde el quinto hasta el séptimo ciclo, el objetivo es la consolidación del interés por la profesión. Esta etapa facilita a los estudiantes comprender profundamente la realidad educativa para intervenir en ella y el fortalecimiento de aprendizajes que va logrando como futuro maestro generando nuevos elementos a lo que conocía en la unidad de formación básica. Los estudiantes inician el quinto ciclo con experiencias básicas de intervención en el aula como el diagnóstico de situaciones de aprendizaje, identificación de elementos de un modelo pedagógico, desarrollo de una Lesson Study, observación de elementos curriculares, entre otros. Página | 24 Juan Gabriel Jaramillo Jimbo, Justina Elena Orovio Quintero Universidad Nacional de Educación La consolidación de los intereses por la profesión se produce, no solo del acompañamiento que los practicantes hacen a los tutores profesionales, sino por la ayuda que prestan en cada una de las actividades que realiza el tutor profesional dentro o fuera del aula. Al ayudar, los practicantes realizan tareas específicas asignadas por el tutor profesional con la guía y asistencia del tutor académico, por ejemplo: el diseño, aplicación y evaluación de una Planificación de Unidad Didáctica (PUD). Según el Modelo de Práctica Preprofesional (2017) el ayudar implica “que los estudiantes diferencien, agrupen, contrasten, problematicen y reflexionen sobre las vivencias en la escuela” (p.11). Mientras que para Hellinger (2005) el ayudar es un arte que llena y realiza al ser, encubre una necesidad de equilibrar o compensar algo. Siguiendo al autor, cada miembro de la pareja al ayudar está realizándose como profesional y preparándose para una vida laboral de cooperación con sus colegas y estudiantes. Desde la perspectiva anterior, en esta unidad de formación la pareja pone énfasis, entre los tres ejes vertebradores, en el ayudar. Por ejemplo, ayudar al tutor profesional en el proceso de enseñanza-aprendizaje sea compartiendo experiencias de buenos resultados de una clase, elaborando material didáctico, fomentando la disciplina, entre otros. Otro de los aspectos que consolidan el interés por la profesión y fortalecen el eje de ayuda es el vínculo con la comunidad que se desarrolla progresivamente desde el quinto ciclo. Los practicantes realizan una mejor lectura de la realidad educativa en este escenario debido a que se desarrollan actividades de docencia e investigación. Finalmente se encuentra la unidad de titulación que corresponde al octavo y noveno ciclo. En este proceso los estudiantes se transforman de practicantes a docentes. Es decir, las actividades de acompañamiento y ayuda se complementan con la experimentación de tareas docentes. Para esta unidad, la pareja pedagógica practicante pone énfasis en el eje vertebrador experimentar. Al experimentar, según el Modelo de Práctica preprofesional (2017), los estudiantes: “...toman contacto con situaciones, casos y problemáticas específicas del mundo del aula y de la escuela (...) asumen la tarea de diagnosticar una situación, diseñar un modo de trabajar, planificar cómo se desarrolla ese diseño, desarrollarlo, evaluar qué ha ocurrido en ese desarrollo y después proponer una acción propositiva de mejoras con respecto a la situación, caso o problemática inicial”. (p.11) Página | 25 Juan Gabriel Jaramillo Jimbo, Justina Elena Orovio Quintero Universidad Nacional de Educación Leite (2001) y Del Carmen (2011), citados por Oñate (2014), concuerdan con la UNAE al manifestar que la experimentación “supone la articulación de diferentes tipos de actividades, mediante un enfoque integrado en el que la teoría y la práctica se entrelazan en un tratamiento conjunto” (p.7). Es decir, la pareja pedagógica practicante no sólo observa la utilización de recursos didácticos, ni los elabora y entrega al tutor profesional, sino que los diseña, aplica y evalúa desde propias experiencias. Además, durante la práctica preprofesional, los practicantes consolidan las competencias básicas y profesionales que lo perfilan como futuro docente investigador UNAE. En ese sentido, la Escuela de Formación Profesional de Ciencias de la Comunicación - facultad de Ciencias de la Educación, Comunicación y Derecho de la Universidad Nacional Daniel Alcides Carrión (2012) manifiesta que “en la Práctica Intensiva se busca que el futuro maestro logre un desempeño autogobernado en condiciones laborales reales que pongan a prueba sus conocimientos, capacidades y actitudes” (p.14). Desde los autores, se puede deducir que es en la última etapa de la carrera que los practicantes comprenden su próxima vida laboral docente y así, se transforman de practicantes a profesionales de la docencia. El éxito de la práctica implica la articulación de procesos relacionados con la formación docente. Dentro del Modelo Pedagógico de la UNAE (2017) y del Modelo de Práctica Preprofesional (2017) se hace énfasis en dos: teorización de la práctica y experimentar la teoría. Sin embargo, se cree que es necesario evaluar esa práctica y volver aplicarla con sus respectivas modificaciones o mejoras. Dado este caso, la práctica preprofesional resultaría un ciclo espiral de teoría-práctica y evaluación. En esa línea, las funciones de la pareja pedagógica practicante deben ser evaluadas en cada una de las unidades de formación teniendo en cuenta ejes vertebradores e integradores de cada ciclo. Otro aspecto importante a considerar es la relación del desempeño de la pareja pedagógica practicante con las competencias básicas y profesionales que se proponen en el Modelo Pedagógico de la UNAE (2017). Las competencias dirigen a los profesionales a “saber pensar, saber decir, saber hacer y querer pensar, decir y hacer” (p.15). Se ven involucradas en el quehacer de la pareja pedagógica practicante y se van concretando a medida que avanza su formación profesional. Por ejemplo, en la competencia profesional “capacidad para diseñar, desarrollar y evaluar de manera personalizada el currículum” (Modelo Pedagógico UNAE. 2017. p.17), los practicantes inician el conocimiento de Página | 26 Juan Gabriel Jaramillo Jimbo, Justina Elena Orovio Quintero Universidad Nacional de Educación modelos curriculares desde cuarto ciclo, a partir de ahí van desarrollando esta competencia a través del análisis, diseño, aplicación y reformulación del currículo. Gladys Portilla, coordinadora de Gestión Académica de la UNAE, en una entrevista no estructurada, manifestó que el escenario de la práctica preprofesional es propicio para el desarrollo y concreción de las competencias en donde los tutores académicos deben observar y vigilar que las mismas se cumplan. Menciona también que las competencias básicas desarrollan autonomía para el trabajo cooperativo, mientras que las competencias profesionales permiten construir comunidades de aprendizaje. En acuerdo con la coordinadora de Gestión Académica de la UNAE, cada miembro de la pareja pedagógica practicante está invitado a comprender su práctica preprofesional desde la mirada de las competencias para que en la vida laboral ejerza satisfactoriamente su función docente en armonía con su ser y el saber ser y hacer de los demás. Las competencias explícitas en el Modelo Pedagógico de la UNAE (2017), son: Competencias básicas Competencias profesionales *Capacidad de utilizar y comunicar el conocimiento de manera disciplinada, crítica y creativa. La mente científica y artística. *Capacidad para vivir y convivir en grupos humanos cada vez más heterogéneos. La mente ética y solidaria. *Capacidad para pensar, vivir y actuar con autonomía. La construcción del propio proyecto vital. La mente personal. *Capacidad para comprender y diagnosticar situaciones, procesos y sistemas educativos. *Capacidad para diseñar, desarrollar y evaluar de manera personalizada el currículum. *Capacidad para diseñar y construir contextos y comunidades de aprendizaje. *Competencia para aprender a autorregularse y a desarrollarse profesionalmente a lo largo de toda la vida. Tabla 3: Competencias básicas y profesionales en la formación docente de la UNAE. Fuente: Modelo Pedagógico de la UNAE (2017). http://repositorio.unae.edu.ec/bitstream/123456789/148/1/Texto.pdf http://repositorio.unae.edu.ec/bitstream/123456789/148/1/Texto.pdf Página | 27 Juan Gabriel Jaramillo Jimbo, Justina Elena Orovio Quintero Universidad Nacional de Educación Funciones de la pareja pedagógica practicante El término función puede ser usado en diversos ámbitos con distintos significados. Así pues, según la Real Academia Española, una función es el propósito o tarea que se le atribuye a algo, proviene del latín functĭo, funciōnis, que significa ejecución o ejercicio de una facultad. En pocas palabras, las funciones de la pareja pedagógica practicante son tareas que deben ser ejecutadas antes, durante y después de la práctica preprofesional para alcanzar un propósito. Desde esa perspectiva, es importante considerar algunos beneficios y obstáculos de organizar las tareas por funciones, tales como: Beneficios - En la observación: uno ejecuta, el otro registra lo que ocurre. - En el apoyo: cuando el uno realiza una actividad, el otro apoya a estudiantes que lo requieren. - En trabajo simultáneo: actividades divididas, cada practicante se dedica a una. - En actividades: distintas actividades a los que los practicantes irán rotando. - En la complementación: Un practicante desarrolla una actividad y el otro apoya con comentarios, participación y viceversa. - En equipo: las actividades se dan a través de diálogo de saberes y trabajo dividido con actividades complementarias. - Las instituciones educativas tendrán diversidad en retroalimentación, cuestionamiento, sugerencia para los procesos de enseñanza aprendizaje. - Más personas centran sus energías para trabajar juntas, resolver problemas y dar mejoras. Obstáculos - La falta y/o imposición de ideas, punto de vistas. - Imposición del trabajo individual. - Ausencia de la crítica y autocrítica. - Aceptación de todo conocimiento sin ser contrastado, debatido y comunicado. - Descontextualización de la razón de ser de la pareja pedagógica practicante. - No contar con espacio o ambientes para la pareja pedagógica en la práctica. - Reducción del tiempo ante la falta de coordinación y dedicación en las actividades propuestas. - Fragmentación del trabajo, desconociendo el valor del trabajo en equipo. Página | 28 Juan Gabriel Jaramillo Jimbo, Justina Elena Orovio Quintero Universidad Nacional de Educación Ahora bien, una vez revisado lo manifestado en el Modelo de Práctica Preprofesional (2017) y su relación con el Modelo Pedagógico de la UNAE (2017) en cuanto a se refiere de la pareja pedagógica practicante, en este apartado se caracteriza las funciones que ésta debe cumplir. Las mismas están estrechamente relacionadas con los ejes vertebradores, competencias básicas y profesionales y ejes integradores de la práctica preprofesional en correspondencia con los objetivos propuestos para cada unidad de formación. Así, las funciones que se proponen son: comunicativa, organizativa, ejecutiva, investigativa y evaluativa. Cada función se expresa en acciones, las acciones en criterios y tareas. Todo se organiza por unidades de formación. Además, es importante mencionar que las funciones se enmarcan en el objetivo de cada unidad de formación, los mismos que fueron determinados desde la experiencia como practicantes. De tal manera que el estudiante UNAE esclarezca qué tareas realiza en cada ciclo de estudios. Función comunicativa La comunicación es un elemento central del lenguaje. Un modo de vida que favorece las relaciones sociales entre los seres humanos. Constituye la esencia de la interrelación, interacción, integración, intercambio, inclusión, entre otros aspectos que implica el uso del lenguaje. Para la Real Academia Española, la comunicación es el acto de comunicar. En este gran campo de la comunicación existen diferentes opiniones de lo que implica el acto de comunicar o el proceso en sí de la comunicación. Así, para Brönstrup, Godoi y Ribeiro (2007) comunicar es un encuentro de fronteras perceptivas en el que se intercambian mensajes desde las diferentes perspectivas de cada emisor. Cada miembro de la pareja pedagógica practicante es un ser cultural diferente, en palabras de los autores, una frontera diferente que se encuentra para dialogar, reflexionar, analizar, etc. Además, los autores manifiestan que la comunicación implica un entendimiento común de las cosas. En ese sentido, la pareja pedagógica practicante debe consensuar, concordar y acordar los diferentes puntos de vista de manera que ambos tengan un conocimiento común de las cosas que implique el cumplimiento de cada función. Cabe mencionar que llegar a un entendimiento común no significa que un miembro de la pareja pedagógica practicante piense igual al otro, sino que la diversidad de pensamiento permita consensos y acuerdos. En la actividad comunicativa se genera un ambiente común en el que cada miembro de la pareja, en palabras de Marcondes Filho (2004) citado por Brönstrup, Godoi y Ribeiro (2007), “extrae algo nuevo, inesperado, que no estaba en ninguno de ellos, y que Página | 29 Juan Gabriel Jaramillo Jimbo, Justina Elena Orovio Quintero Universidad Nacional de Educación altera el estatuto anterior de ambos, a pesar de mantenerse las diferencias individuales” (p.30). De ahí que anteriormente se exponga con frecuencia que el diálogo de saberes sea una de las características que fortalece la formación profesional de cada uno de los practicantes. Uno de los aspectos importantes a considerar que expone Canale (1995), citado por Quidiello y Márquez (2002) es que la comunicación se realiza “bajo limitaciones psicológicas y otras condiciones como restricciones de memoria, cansancio, ruido de fondo y distracciones” (p.33). Desde esa perspectiva, se entiende al respeto y apoyo mutuo como claves de una comunicación en pro de mantener buenas relaciones sociales. Así, por ejemplo: si a uno de la pareja se le olvida algo en una exposición o toma de decisiones, el otro le apoya. O, como diría un docente de la UNAE que respondió a la encuesta aplicada, “encontrar una forma respetuosa para motivar a superar las carencias”. Otra de las características importantes de esta función es lo dialógico. Freire (1970), citado por Abad (s/f), entiende a la comunicación dialógica como una acción que “promueve entendimiento, la creación cultural y la liberación; y las que no son acciones dialógicas, las cuales niegan del diálogo, distorsionan la comunicación y reproducen poder” (s/p). Alineados con esta postura, se puede decir que si existe un sentido dialógico en la comunicación entre la pareja también existirá liderazgo compartido para cumplir las funciones, puesto que, ambos están comunicados de lo que acontece en la práctica. En efecto, la función comunicativa orienta a los practicantes hacia el cumplimiento de las demás funciones. Es decir, se posiciona como base para cumplir cada una de las acciones que se integran en cada función. Así, por ejemplo: no puede haber una buena distribución de actividades (función organizativa) si no existe una buena comunicación; ó, no puede desarrollarse bien una planificación de unidad didáctica (función ejecutiva) si no existe una buena comunicación entre la pareja pedagógica practicante. Función organizativa La organización es otro de los conceptos que se utiliza en diferentes sentidos y campos, por ejemplo, cuando se hace referencia a las actividades que realiza un grupo de personas. De manera general, según la Real Academia Española (RAE), la organización es la acción y efecto de organizar u organizarse, implica un orden. A su vez, organizar, es establecer algo para lograr un fin, coordinando los medios y las personas adecuados. Siguiendo a la RAE, se entiende que la organización involucra recursos humanos y materiales y que ésta no sólo abarca a un contexto grupal, sino que aplica a un individuo. Página | 30 Juan Gabriel Jaramillo Jimbo, Justina Elena Orovio Quintero Universidad Nacional de Educación Aguilar (2009) concuerda con la RAE y añade que organizar es “sabido que se quiere hacer, los recursos y el cómo, se ordenan y estructuran los recursos, se definen las actividades a realizar, se diseñan los puestos de trabajo” (p.5). Hayek (1985), citado por López (2005), expone que la organización es “una ordenación sistemática orientada al logro de determinado fin” (p.15). Mientras que, para Johansen (1982), citado por López (2005), la organización consiste en “ordenar los elementos, especialmente humanos (...) lo cual se realiza a través de la estructuración de un modelo particular de autoridad jerárquica o distribución de la autoridad o distribución del trabajo” (p.16). Como se puede ver, tanto la RAE como Hayek (1985) y Johansen (1982) concuerdan que para que exista organización es necesario ordenar y estructurar los recursos, que en este caso se considera a los humanos (pareja pedagógica practicante) y materiales (las tareas específicas en cada unidad de formación), para alcanzar el logro de objetivos. No obstante, Johansen (1982) manifiesta particularmente un punto importante sobre la organización: la distribución de la autoridad o la distribución del trabajo. Desde ese punto de vista, las acciones de la función organizativa-comunicativa- ejecutiva, investigativa y evaluativa requieren de una equitativa distribución de trabajo y autoridad entre los miembros de la pareja, es decir, organizar las actividades en función de las oportunidades, fortalezas y debilidades que influya a la pareja. Además, cabe mencionar que la distribución de autoridad implica un cierto nivel o capacidad de liderazgo, en tanto que, cada practicante debe poseer y desarrollar habilidades, actitudes y aptitudes de un buen líder, de tal manera que se cumpla a cabalidad cada una de las funciones sea antes, durante o después de la práctica preprofesional en todas las unidades de formación. Otra característica importante para organizarse, es el establecimiento de bases orientadoras para las tareas a realizar en la práctica. Según Mar-Cornelio y Bron-Fonseca (2017) una base orientadora de la acción es el sistema de condiciones en el que alguien se apoya para cumplir una acción. Por ejemplo, en acuerdo con el autor, en una actividad de vinculación con la colectividad una base orientadora puede ser el contenido de la acción, con la actividad orientadora se determina el contenido concreto de las acciones que debe ejecutar la pareja para alcanzar el objetivo previsto. En consecuencia, considerando las ideas de los párrafos precedentes, esta función organiza, diseña y estructura las tareas con el fin de cumplir un objetivo. Se encarga de los canales de comunicación, designación de responsabilidades y permite conocer el camino a los objetivos, siempre flexible a cambios en el proceso de formación y Página | 31 Juan Gabriel Jaramillo Jimbo, Justina Elena Orovio Quintero Universidad Nacional de Educación autoformación con la práctica preprofesional, a partir de la cooperación de la pareja pedagógica practicante partiendo de los ejes integradores. Para el cumplimiento de la misma es necesario saber que cada unidad de formación es diferente, por ello es necesario establecer acciones teniendo en cuenta los componentes estructurales que se mencionan en el Modelo de Práctica Preprofesional (2017). Función ejecutiva Hablar de ejecución es hablar de acción, de la puesta en marcha de algo previamente pensado y decidido. Para la Real Academia Española, la ejecución es desempeñar con arte y facilidad algo. Es decir, poner en acción algo de manera creativa y eficiente. Mientras que para Matos y Pasek (2005) la ejecución es poner en marcha lo planificado. Señalan además que es “un proceso activo, donde es necesario la motivación, el liderazgo y la comunicación, como elementos para obtener las metas y objetivos propuestos” (p.3). A decir de los autores, se entiende que la ejecución está estrechamente relacionada con la función comunicativa y organizativa, pues, si hay organización es porque hay comunicación y, por ende, hay ejecución. Dotarse de recursos valiosos; diseñar metas a corto plazo, susceptibles de medirse y responsabilizar a la gente de ellas y; manejar gran cantidad de información evitando distraerse, son características de una ejecución, según Guzmán (2006). En tanto que, para cumplir las tareas específicas de cada unidad de formación hay que considerar cada recurso humano y material y organizar bien las actividades. Asimismo, siguiendo a Guzmán (2006), se resalta la idea de manejar bien la información emergente de cada experiencia en el aula o la escuela con ayuda de los tutores profesionales, tutores académicos y docentes de cátedra. Una de las características recomendadas a esta función por parte de estudiantes y docentes de la UNAE luego de la encuesta aplicada es desarrollar y promover el trabajo autónomo de la pareja en la práctica preprofesional. Un docente reconoce que esto es un punto débil porque el sistema educativo ha venido formando a los estudiantes en otra vía. Según Mendoza (s/f) la autonomía aporta a la autorrealización. Mientras que para Álvarez (2015), la autonomía es una capacidad de las personas que depende de una serie de factores y de condiciones internas y externas del sujeto. Agrega también que ésta “condena el autoritarismo en la medida en que representa la negación de la capacidad de elección política” (p.14). Página | 32 Juan Gabriel Jaramillo Jimbo, Justina Elena Orovio Quintero Universidad Nacional de Educación Por lo tanto, desde la recomendación y acorde con los autores mencionados, se resalta la importancia de un trabajo autónomo en esta función debido a que representa un símbolo de libertad para la toma de preferencias y decisiones en la concepción de una epistemología de investigación, un pensamiento pedagógico, reformulación de objetivos en su práctica preprofesional, entre otros aspectos que favorecen una buena formación profesional. Función investigativa Investigar es un acto de descubrir, así lo manifiesta la Real Academia Española. Y, desde la experiencia como practicantes, investigar va más allá del cumplimiento de funciones que permiten descubrir aprendizajes en la formación profesional docente, puesto que al investigar no sólo se aprende, sino que se generan nuevos conocimientos que pueden ser compartidos a un público interesado, específicamente sería un aporte a la comunidad científica. El hecho de que la pareja pedagógica practicante desarrolle su práctica preprofesional en escenarios diversos y complejos contribuye a que se formen habilidades básicas para investigar y un interés por hacerlo, puesto que, surge la motivación desde las necesidades, intereses o problemas educativos que observa durante su formación. En efecto, cualquier estudiante universitario está llamado a “desempeñar un papel clave como investigador de su propia práctica con la finalidad de mejorar su formación” (González, Zerpa, Gutierrez y Pirela. 2007. p.280). Según los autores mencionados en el párrafo anterior, la investigación permite mejoras en la formación desde la práctica, por ende, la pareja pedagógica practicante está llamada a experimentar diferentes casos, problemas o situaciones de la práctica docente. Incluso, el Modelo de Práctica Preprofesional de la UNAE (2017) manifiesta que al experimentar los estudiantes “toman contacto con situaciones, casos y problemáticas específicas del mundo del aula y de la escuela (...) dando lugar al pensamiento y procesos investigativos y metacognitivos en torno a la propia práctica” (p.14-15). Como se puede ver, la función investigativa que implica el desempeño de la pareja pedagógica practicante constituye aprendizajes durante la formación profesional. Aquello apuesta a profesionales investigadores, que no sólo se preocupan, sino que se ocupan de resolver los problemas socioculturales, socioeconómicos y sobre todo socioeducativos. En palabras de Ruiz (2010) sería que: Página | 33 Juan Gabriel Jaramillo Jimbo, Justina Elena Orovio Quintero Universidad Nacional de Educación “la investigación estimula el pensamiento crítico, la creatividad y es a través de ella, que el proceso de aprendizaje se vitaliza y se combate la memorización, que tanto ha contribuido a formar profesionales pasivos, pocos amantes de la innovación, con escasa curiosidad e iniciativa personal”. (p.1) Dados los párrafos precedentes, se puede decir que la investigación es una función netamente transformadora. Despierta la curiosidad, la reflexión, el cuestionamiento, la duda como prerrequisitos de una investigación. En tanto, los estudiantes practicantes se preparan para un mundo profesional autónomo, donde su capacidad de investigar le permita ocuparse de los problemas reales del aula, la escuela o la sociedad. En tal sentido, González, Zerpa, Gutierrez y Pirela (2007) manifiestan que el profesor investigador depende básicamente de sus propios aprendizajes a partir de la reflexión de sus prácticas. En consecuencia, la función investigativa articulada con el resto de funciones, constituyen la base de las tareas pedagógicas y didácticas que debe cumplir la pareja pedagógica practicante. Es decir, no está aislada e independiente de las actividades que se realizan en las instituciones educativas de prácticas, más bien es una función que se cumple antes, durante y después de la práctica preprofesional. Función evaluativa Así como la ejecución, la evaluación es otro de los conceptos explícitos en un procedimiento de actividades que implica la investigación y otros campos de estudio. Está directamente relacionada con el ambiente crítico-reflexivo de los resultados de aprendizaje de la práctica preprofesional. La Real Academia Española menciona que la evaluación es el acto de evaluar, de dar valor a algo. En ese sentido, con la función evaluativa la pareja pedagógica practicante valora los resultados de su desempeño en cada una de las funciones dentro de la práctica preprofesional. Es importante aclarar que la evaluación se contextualiza, adapta, modifica y aplica según los requerimientos de cada unidad de formación. Así, por ejemplo: en el primer ciclo de la unidad de formación básica la evaluación se dirige a valorar los resultados de aprendizaje en cuanto a las políticas públicas educativas. En tanto, una matriz de evaluación será distinta en los diferentes ámbitos a evaluar. Para entender la función evaluativa, como el resto de funciones, se pasea brevemente por su concepto, de tal manera que se pueda entender qué implica evaluar. Así pues, se acude a lo manifestado por Mora (2004), quien expone que la evaluación puede tener Página | 34 Juan Gabriel Jaramillo Jimbo, Justina Elena Orovio Quintero Universidad Nacional de Educación variedad de propósitos, como: “el control y la medición, el enjuiciamiento de la validez del objetivo, la rendición de cuentas” (p.2). Desde tales criterios, se podrían citar algunos ejemplos de cómo se adapta a las funciones de la pareja pedagógica practicante en la práctica preprofesional: el control y la medición tiene cabida en el momento que se evalúa la asistencia de los practicantes a las escuelas de práctica. El enjuiciamiento de la validez del objetivo se genera cuando se evalúa los resultados de aprendizaje de la práctica preprofesional. La rendición de cuentas se evidencia en la reflexión de la práctica desde Cátedra Integradora donde también se ve implicada la retroalimentación para el mejoramiento. En fin, lo manifestado por Mora (2004) tiene aplicabilidad en el contexto de la práctica donde se desenvuelve la pareja pedagógica practicante. Duque (1993), citado por Mora (2004), en relación al propósito de una evaluación manifiesta que ésta sirve para el “análisis sobre las causas y razones para determinados resultados y la elaboración de un nuevo plan en la medida que proporciona antecedentes para el diagnóstico” (p.13). Siguiendo a Duque (1993), se puede decir que la elaboración de la propuesta de un PIENSA implica el análisis de resultados y es a partir de ahí que surgen antecedentes para próximas investigaciones que se requiera hacer en el contexto de las prácticas. Por su parte, Stufflebeam y Shinkfield (1995), citados por Mora (2004), invitan a evaluar para identificar puntos débiles y fuertes que permitan mejoras, en tanto, la pareja al evaluar la ejecución de una clase, por ejemplo, mejora los puntos débiles (carencias) y fortalece los puntos fuertes (potencialidades) en una próxima clase. Finalmente, es necesario recordar que dentro de esta función se ven implicadas tres formas de evaluación: autoevaluación, coevaluación y heteroevaluación. Según Torres Perdomo y Torres (2005), estas formas deben desarrollarse “a través del uso de estrategias que consideren no sólo la acumulación de conocimientos, sino también el comportamiento individual y social dentro y fuera de la clase” (p.489). En tanto, la función evaluativa de la pareja no sólo se enfoca en determinar aprendizajes en la formación profesional desde la práctica, sino a caracterizar carencias y potencialidades de cada miembro de la pareja. En el próximo capítulo se presentará el camino metodológico seguido durante la investigación. Capítulo 2: Marco metodológico En el orden metodológico la investigación se organiza atendiendo a la lógica de la Investigación Acción Participativa, bajo el enfoque de la investigación cualitativa del paradigma sociocrítico. En la primera etapa se realiza el diagnóstico, la segunda se elabora la propuesta y se somete a pilotaje, la tercera se presenta la propuesta a estudiantes, docentes y directivos de la UNAE y, en la cuarta se define la propuesta. El análisis de cada una de las etapas de la investigación se organiza a partir de una dimensión general y de cinco indicadores específicos. La dimensión se denomina Funciones de la pareja pedagógica practicante y los indicadores de la dimensión general son: Comunicativa, Organizativa, Ejecutiva, Investigativa y Evaluativa. Cada etapa de la investigación es analizada desde esta dimensión e indicadores, empleando diversos métodos, técnicas e instrumentos que se explican para cada etapa, así como considerando las carencias y potencialidades que se aprecian en cada una. La primera etapa de investigación es el diagnóstico. Para muchos autores, conocer la etimología del concepto diagnóstico ha sido el punto de partida para elaborar su definición. Otros autores simplemente llegan a la conclusión de que el diagnóstico es el resultado de una investigación, explicación de una situación particular, descripción de un proceso, juicio interpretativo, entre otros, según Arteaga y González (2001). Sin embargo, Scaron de Quintero (1985), citado por Arteaga y González (2001), manifiesta que el diagnóstico “es un juicio comparativo de una situación dada con otra situación dada para transformar” (p.83). Mientras que, Ander-Egg y Espinoza (1987), citado por Arteaga y González (2001) establece que el diagnóstico es la fase que da inicio a un proyecto, puesto que, a través de él se reconoce el terreno donde se pretende realizar las acciones, recoger datos para analizarlos e interpretarlos. En el tema de investigación como tal, se asume la definición propuesta por Hernández Sampieri (2014) “es un conjunto de procesos sistemáticos, críticos y empíricos que se aplican al estudio de un fenómeno o problema” (p.4). En el propio concepto de la investigación cualitativa, el autor manifiesta que ésta “utiliza la recolección y análisis de los datos para afinar las preguntas de investigación o revelar nuevas interrogantes en el proceso de interpretación” (p.7). Adentrados en la investigación acción participativa Corey (1993), Página | 36 Juan Gabriel Jaramillo Jimbo, Justina Elena Orovio Quintero Universidad Nacional de Educación según Colmenares y Piñero (2008), manifiesta que ésta sirve para mejorar la praxis docente, a partir de la acción reflexiva, cooperadora y transformadora de sus acciones cotidianas pedagógicas. En cuanto a la observación participante, Schensul, Schensul and Lecompte (1999), citados por Colmenares (2008), manifiestan que ésta es "el proceso de aprendizaje a través de la exposición y el involucrarse en el día a día o las actividades de rutina de los participantes en el escenario del investigador” (p.4). Mientras que, la UNAE en su Modelo de Práctica Preprofesional (2017), mira a la observación desde la investigación acción participante como una herramienta que acerca y que “debe vivirse como una oportunidad para que docentes y estudiantes se vean en lo cotidiano” (p.14). Así, esta técnica, a través del diario de campo, favoreció la realización del diagnóstico. En el análisis documental, Pinto (1992) citado por Peña y Pirela (2007), expone que éste permite transformar un documento en otro documento representativo para la investigación y el investigador. Por lo tanto, los documentos analizados para el refuerzo del diagnóstico fueron, entre otros, el Modelo Pedagógico y Modelo de Práctica Preprofesional de la UNAE (2017). Por su parte, la entrevista, en su modalidad de entrevista no estructurada, según Vargas (2012) es una técnica abierta, sin categorías preestablecidas, de tal forma que los participantes pueden expresar sus experiencias. En el estudio de la encuesta, Anguita, Repullo y Campos (2002) mencionan que ésta es una técnica ampliamente utilizada como procedimiento de investigación, ya que permite obtener y elaborar datos de modo rápido y eficaz. Ambas técnicas fueron empleadas en la segunda y tercera etapa de este trabajo. De acuerdo a la técnica se emplea el instrumento. Así, para este trabajo se ha considerado el uso del diario de campo, las guías de análisis y el cuestionario, respectivamente pertenecen a las técnicas: observación participante, análisis documental y encuesta. En cuanto al diario de campo, la UNAE en su Modelo de Práctica Preprofesional (2017), manifiesta que éste “es un instrumento metodológico que permite operativizar la práctica preprofesional” (p.13). De ahí que en el diario de campo se haya registrado hechos relacionados con el desempeño de la pareja dentro o fuera de las instituciones educativas. Por otra parte, la guía de análisis documental a criterio de Clauso (1993) es “el conjunto de operaciones destinadas a representar el contenido y la forma de un documento para Página | 37 Juan Gabriel Jaramillo Jimbo, Justina Elena Orovio Quintero Universidad Nacional de Educación facilitar su consulta o recuperación” (p.12). En este caso, el análisis al Modelo de Práctica Preprofesional de la UNAE se realizó teniendo en cuenta las funciones de la pareja pedagógica practicante. En cuanto al cuestionario Martínez (2002), citado por Fernández (2007) manifiesta que “es un instrumento para recolectar datos con la finalidad de utilizarlos en una investigación” (p.1). De ahí su aplicación en el pilotaje y la presentación de la propuesta. Proceder metodológico El proceder metodológico planificado en relación con la lógica del proceso investigativo se desarrolla en cuatro etapas: diagnóstico inicial, elaboración de la propuesta y pilotaje, presentación de la propuesta y elaboración de la propuesta definitiva. El análisis de resultados es paulatino, es decir, se realiza una descripción e interpretación de la información obtenida en cada etapa partiendo del diagnóstico hasta la elaboración de la propuesta definitiva. Etapa 1: Diagnóstico inicial Durante el diagnóstico inicial se determinan las carencias y potencialidades que se encuentran en relación con la dimensión Funciones de las parejas pedagógicas practicantes y de las funciones que éstas deben cumplir, se utilizan diversas técnicas de investigación para ello. Observación participante A lo largo de la trayectoria académica UNAE el trabajo del practicante ha tratado de resaltar la importancia pedagógico-curricular de la modalidad pareja pedagógica practicante. Además, a través de diálogos y conversaciones no formales en pareja, se ha caracterizado las ventajas, desventajas, pros, contras, aspectos positivos, aspectos negativos, carencias, potencialidades e importancia del trabajo que se realiza en pareja antes, durante y después de la práctica preprofesional en las diferentes instituciones educativas de educación básica de la provincia de Cañar y Azuay. En el caso puntual de la observación participante a través de guías de observación (ver anexo 1) y diarios de campo, se pudo identificar que el trabajo en pareja pedagógica, ya sea Página | 38 Juan Gabriel Jaramillo Jimbo, Justina Elena Orovio Quintero Universidad Nacional de Educación en cuartetos, tríos o dúos ha dado resultados tanto positivos como negativos. En los resultados positivos, se puede decir que la comunicación se manifiesta en el reconocimiento de experiencias previas para dialogar y consensuar aspectos de la práctica, así como la creación de espacios comunes para analizar coincidencias y divergencias. En la organización se observa la distribución equitativa de tareas, el liderazgo compartido, la coordinación en la toma de decisiones, entre otros. Mientras que en la ejecución se observa la ayuda y acompañamiento tanto al tutor profesional como estudiantes sea en el diseño de recursos didácticos o en la planificación de unidad didáctica. En el caso de la investigación se observa el registro de conocimientos y experiencias de la práctica a través de diarios de campo, asimismo la socialización de resultados de trabajos investigativos a la comunidad educativa donde se realiza la práctica como en la UNAE. Finalmente, se observa que la evaluación se desarrolla principalmente por la coevaluación, donde la crítica y reflexión son elemento clave del proceso. En cuanto a resultados negativos, en el aspecto comunicativo se observa principalmente la escasa orientación a los practicantes sobre las funciones que debe realizar en cada uno de los ciclos o de las unidades de formación antes, durante y después de la práctica preprofesional. En la organización se observa la escasa planificación de cronogramas, así como la sobrecarga de actividades para cumplir tareas dentro o fuera de la práctica. En la investigación se observa el escaso conocimiento de para qué, cómo y qué se tiene que investigar sea para la teorización de la práctica o la experimentación de la teoría; además, se observa el escaso uso de diversos tipos e instrumentos de investigación. Finalmente, en el aspecto evaluativo se observa el escaso uso de la autoevaluación en el desempeño como practicantes. Análisis documental El análisis documental al Modelo de Práctica Preprofesional de la UNAE por medio de una guía de análisis (ver anexo 2) se pudo identificar como potencialidades de la comunicación al proceso de inducción antes de ir a la práctica y los espacios destinados a la reflexión por parte de la pareja pedagógica académica. En el aspecto organizativo se destaca la organización de la práctica preprofesional por niveles, ejes integradores, ejes vertebradores Página | 39 Juan Gabriel Jaramillo Jimbo, Justina Elena Orovio Quintero Universidad Nacional de Educación y resultados de aprendizaje de la práctica, así como también organiza la práctica desde sus componentes y procesos. En cuanto a la ejecución, no se menciona el concepto como tal, pero éste se evidencia en la explicación de las tareas que debe cumplir la pareja pedagógica practicante, aunque éstas no están organizadas por ciclos o por unidades de formación. En el aspecto investigativo, se destaca el diseño, ejecución y evaluación de los PIENSA, el mismo que es un trabajo relacionado directamente con los ejes integradores y núcleos problémicos de la práctica. La evaluación se enfoca en evaluar para aprender, en la que se prioriza la evaluación formativa antes que la sumativa. También se menciona la forma de evaluación a la pareja pedagógica practicante en función de las competencias. Por otro lado, las carencias encontradas en el modelo en cuando a la comunicación existe escasa información sobre las funciones que debe cumplir la pareja pedagógica practicante en la práctica. En cuanto a la organización, en el modelo se menciona como subtítulo “instrumentación e implementación del modelo de PP de la UNAE”, sin embargo, al llegar a la pareja pedagógica practicante solo se describe de manera general tareas que debe cumplir la misma, más no se detalla funciones o tareas específicas que se deben ejecutar en cada ciclo o en las unidades de formación, que en este trabajo se propone, por lo tanto. En el aspecto investigativo, se identificó la escasa orientación para aprender a utilizar métodos, técnicas e instrumentos de investigación acordes a la necesidad investigativa. Finalmente, sobre el aspecto evaluativo se identificó principalmente la escasa orientación para evaluar a los practicantes al término de cada unidad de formación. Tanto la observación participante como el análisis documental permitieron determinar la importancia de proponer como dimensión las funciones de la pareja pedagógica practicante en cada unidad de formación conformada por cinco indicadores: comunicativa, organizativa, ejecutiva, investigativa y evaluativa. La dimensión y los indicadores organizan todo el proceso de investigación, son definiciones y categorías claves para la estructuración y organización del proceso investigativo. Teniendo en cuenta que la pareja pedagógica practicante cumple tareas, las cuales muchas de ellas no están organizadas y explícitas en el modelo de práctica. Etapa 2: Elaboración de la propuesta y pilotaje Página | 40 Juan Gabriel Jaramillo Jimbo, Justina Elena Orovio Quintero Universidad Nacional de Educación A partir de los resultados encontrados en la primera etapa, en esta etapa se elabora una propuesta inicial de definición de funciones de la pareja pedagógica practicante, lo cual se considera como dimensión y se propone una clasificación de funciones que constituyen los indicadores, con sus respectivas acciones y criterios de reconocimiento de la función. (Ver anexo 3) El origen de esta propuesta surge del estudio de las categorías sobre pareja pedagógica, práctica preprofesional, formación docente, funciones. Además, el diagnóstico facilitó el reconocimiento de carencias y potencialidades en los documentos normativos de la UNAE, por ejemplo, en el Modelo de Práctica Preprofesional (2017) se menciona de forma general tareas que debe que realizar la pareja pedagógica en la práctica, pero no están organizadas por funciones que respondan a las unidades de formación. Ejemplo, en el caso de la conformación de equipos de trabajo por ciclo, no existe una orientación. Por ello, se formula la propuesta de las funciones que debe cumplir la pareja pedagógica practicante antes, durante y después de la práctica de cada ciclo en dependencia de la unidad de formación, ejes vertebradores, competencias. Esta propuesta está estructurada por la dimensión, las funciones de la pareja pedagógica practicante; los indicadores, cada una de las funciones (comunicativa, organizativa, ejecutiva, investigativa y evaluativa) que cuentan con acciones que a su vez tienen criterios y para que se cumplan se deben cumplir tareas específicas de cada unidad de formación. Pilotaje Esta propuesta inicial se acompaña de un pilotaje que no es más que la presentación previa de la misma, a través de la encuesta, a un grupo de docentes cuyos criterios de selección fueron: contar con dos años o más de trabajo en la UNAE conocedores del Modelo Pedagógico y del Modelo de Práctica Preprofesional, se desempeñan o han desempeñado funciones directivas, o han sido docentes de Aproximación Diagnóstica, lo que significa que acompaña a los estudiantes en su práctica preprofesional en las instituciones educativas, o son docentes de Cátedra Integradora, constructo que como su nombre indica, integra los saberes, destrezas y experiencias del resto de las materias y comparte espacio de debate en aula con el docente de Aproximación Diagnóstica y el docente de Metodología de la Investigación, constructo que atraviesa todo el proceso de formación inicial de los estudiantes en la UNAE. Página | 41 Juan Gabriel Jaramillo Jimbo, Justina Elena Orovio Quintero Universidad Nacional de Educación Otros sujetos encuestados fueron estudiantes del 9no ciclo por ser estos quienes más tiempo de experiencia teórico – práctica tienen en la UNAE y aportan criterios de valor al documento. También participaron del pilotaje un grupo de tutores profesionales de la Escuela Isaac A. Chico cuyo criterio de selección fue: trabajar directamente con la pareja pedagógica practicante y, por tanto, tener conocimiento de su desempeño y de la investigación. El instrumento fue entregado a una población de 15 docentes, 37 practicantes y 19 tutores profesionales. De los cuales, respectivamente, respondieron 7, 6 y 4. De los resultados del pilotaje, se puede señalar que la tendencia general es la aceptación de los cinco indicadores establecidos, los cuales constituyen las funciones propuestas para la pareja pedagógica practicante, principal interés de los investigadores y donde habría que considerar mejoras son en las acciones y criterios. Por citar ejemplos, en el indicador comunicativa un docente propone sustituir la acción “entrenarse y entrenar” por “formarse y formar”; y complementar el criterio “emplear lenguaje positivo” lo siguiente “inclusivo, valorativo, optimista, respetuoso”. En el indicador organizativa, se asume la observación realizada por docentes quienes piden hacer alusión al reconocimiento de las fortalezas de cada miembro de la pareja y cómo aprovechar aquello desde la cooperación. En el indicador ejecutiva no se obtienen comentarios para mejorar la acción y sus criterios. En cuanto al indicador investigativa, docentes y estudiantes coinciden en que se debe asumir o concebir una posición epistemológica para el trabajo investigativo en la práctica. Y, en el indicador evaluativa un docente sugirió que en este proceso se considere la evaluación en función de avances y carencias relacionadas al contexto de la práctica. En efecto, se deduce y considera que los cinco indicadores son los que deben dar origen a las funciones de la pareja pedagógica practicante, puesto que no hubo objeciones para el cambio de los mismos. No obstante, cabe mencionar que la mayor parte de observaciones son enfocadas a mejorar el planteamiento de la acción y sus criterios. (Ver anexo 4). Del pilotaje se derivaron recomendaciones importantes que fueron asumidas para el mejoramiento de la propuesta. (Ver Anexo 5) Página | 42 Juan Gabriel Jaramillo Jimbo, Justina Elena Orovio Quintero Universidad Nacional de Educación Etapa 3: Presentación de la propuesta a directivos, docentes y estudiantes de la UNAE; análisis de la información y resultados obtenidos. A partir de los resultados del pilotaje, se mejora la propuesta de funciones de la pareja pedagógica practicante, sus acciones y criterios. Las opiniones expresadas por los sujetos encuestados fueron valiosas y permitieron la construcción de una propuesta que fuese sometida a la evaluación de un