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Campo DC Valor Lengua/Idioma
dc.contributor.authorArias, María Soledad-
dc.contributor.authorRoldán Suárez, Mariana-
dc.date.accessioned2020-01-23T16:43:10Z-
dc.date.available2020-01-23T16:43:10Z-
dc.date.issued2019-12-
dc.identifier.isbn978-9942-783-33-2-
dc.identifier.urihttp://repositorio.unae.edu.ec/handle/56000/1235-
dc.description.abstractTestimoniar en los juicios de lesa humanidad implica una situación paradójica, dado que la verdad histórica de lo acontecido a cada testigo constituye el material imprescindible y necesario que prueba los crímenes y al mismo tiempo enfrenta a los sujetos ante el horror, con aquello indecible. De lo que se trata entonces, no es simplemente de hacer hablar acerca de lo traumático, sino de propiciar el encuentro del sujeto con una palabra que bordee el horror, que lo ayude a tejer, pues solo hubo historia dolida y deshilachada. Únicamente de este encuentro es que advendrá la posibilidad de lo reparatorio, que se pone en juego para el sujeto, en el marco de los juicios. Este valor simbólico y reparatorio de los juicios se evidencia en el decir de numerosos testigos, quienes luego de testimoniar expresan: “es la primera vez”. Estos mismos sujetos relataron su padecimiento en innumerables oportunidades, pero el valor diferencial de la palabra en el juicio oral es que se produce ante los jueces, representantes del Estado y garantes de la justicia. En este declararse mediante el testimonio, estos sujetos se presentan en falta, en tanto pueden reclamar y responder por su destino como hijos de la ley, apostando al surgimiento de una nueva inscripción de la historia, que organice la filiación y la genealogía, desbastada y abolida desde el Estado en el momento en que se cometieron los crímenes y las desapariciones forzadas. Es en estos escenarios imaginarios-simbólicos llamados juicios de “lesa humanidad” donde los deudos intentan nuevamente apelar, mediante el testimonio, a un Otro de la ley, que en tanto sistema ordenador propicie una escucha diferente. Esto permite inscribir el duelo, que posibilita la aparición de nuevas ficciones, reinscribiendo la historia de cada uno de los sujetos afectados en sus derechos y en su condición humana. Los juicios logran crear el escenario posible que contemple los actos criminales en un esquema de valores legales, y con ello el resultado de una pena, de una sanción que pacifica y posibilita sustituciones reparativas ante el daño ocasionado. Ellas no van del lado de la venganza, sino del establecimiento de distintos rituales sociales que permitan tramitar las pérdidas acaecidas. Fue a partir de los juicios que se lograron efectos de reparación subjetiva, ello mediante la tramitación de las consecuencias psicológicas sufridas por la violencia del terrorismo de Estado, así como la construcción colectiva de la historia por medio de símbolos instituidos con el lema de “Memoria, Verdad y Justicia”. La experiencia traumatizante de la dictadura, vivida por el pueblo argentino, ha sido elaborada en un proceso continuo de construcción colectiva, en un ida y vuelta con la elaboración singular. En 2004, se inauguró una etapa político/social que posibilitó formas de este proceso elaborativo. Este proyecto político habilitó nuevos movimientos de la subjetividad. Asistimos al surgimiento de un Estado que apostó a legislar y regular el lazo social, a la reinscripción de un entramado histórico que intentó devolver una filiación perdida. Estado que, como figura del Otro social, pacificó, pues logró romper con la especularidad y la tensión agresiva que genera la pura horizontalidad, el enfrenta￾miento sin salida, cuando no hay garantías, ni promesas, ni proyectos, ni futuro. Las marcas de este proceso de elaboración colectiva se patentizaron en acciones simbolizantes e instituyentes, tales como la fecha conmemorativa del 24 de marzo (en que se recuerda el comienzo de la Dictadura), denominado día de la Memoria por la Verdad y la Justicia, las producciones culturales por medio del teatro, la música, la pintura, el cine, baldosas recordatorias, las acciones sociales, entre otras. Este mismo escenario es el que brindó las condiciones de posibilidad para que se desarrollen los juicios a los genocidas, obligando al Estado a funcionar y a reconocer los crímenes. La maquinaria democrática comenzó a funcionar permitiendo la instauración de un proceso reparatorio individual y colectivo.es
dc.language.isoeses
dc.publisherUniversidad Nacional de Educaciónes
dc.subjectGéneroes
dc.subjectPsicoanálisises
dc.titleReparación subjetiva en juicios de lesa humanidades
dc.typeArticlees
dc.description.cityAzogueses
dc.unae.paginacion26 p.es
Aparece en las colecciones: Derechos Humanos, Buen vivir y educación

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