Más acá de los Derechos Humanos, derecho a la comunidad nomás.
Loading...
Date
Authors
Journal Title
Journal ISSN
Volume Title
Publisher
Universidad Nacional de Educación
Abstract
Description
No podemos decirlo ni comprenderlo lógico-lingüísticamente, y, de tan acostumbrados que estamos a la ontología, al abrirse paso en positivo (d)el Ser, a su amalgama con la “vida”, nos parece que esto carece de sentido, y lo enrevesamos a la lógica, lo pretendemos decir pensando en el decir. O nos parece, interpelados por el eurocentrismo del pensamiento crítico que nos habita, haciéndonos parte de la“biopolítica”: esa contumaz positividad en el gobierno de la “vida”, que se nos vuelve el valor a cultivar sine fine: sin pereza ni descanso, sin morir… nos parece, digo, que, en esta “pasividad” que, oscuramente, sentimos que retiene a lo “popular”, a los “indios”, a los “negros”, a la“atrasada gente del monte, del cerro, del campo”… nos parece que si en ello halláramos sentido emancipatorio de comunidad, resignamos la lucha, cuando en verdad, al resistirnos, servimos más que nunca y de últimas al “desarrollo”, sus astucias y chantajes. No podemos decirlo ni comprenderlo en lógica, pero lo devenimos desobrando in praxi. Y el “nos-otros” no es el completo pronombre del verbo. “Nos-otros” ex(s) el suelo no-ontológico de la comunidad local de seres en su discursividad cósmica extensa y (ex)tendida. Ni siquiera la “partición” de Nancy: su extraordinaria inversión, su crítica onto-lógica, pero aún en la fantasmática heideggeriana del “Ser que se da y se recede”: lo que deja,
lo que queda, lo que “parte” (Nancy y Bailly, 2014; Nancy, 2016b), ni siquiera el receso y remanente del “partir” le hace justicia. Hay allí aún la huella del espectral dar-se de una “ontología”. El don del estar no es “ontológico”. Su hospitalidad sale fuera, no recibe en Sí. Una desobra en la desobra: los otros que acogen afuera, (de)bajo (de) la ilusión cartesiana del agujero. Una comunidad en la “comunidad”. A una
comida es convidado el solitario desfondado: un don no pacificado, “cae en suerte” el derramarse comunal de los elementos. Mierda huele mal: hedor del estar. Hallar el tono puede hacernos perder el camino trillado, siempre lineal, sendérico, y borrar las pisadas monte adentro. Revolución es ruptura de alteración del/en el elemento dominante; por eso no hay Historia (ver Benjamin, 2010). Revolución es revoltura en el elemento (medium) común. Armas del monte para descolonizar lo “común”. Estar-en-comunidades locales de seres viene de atrás, de abajo, del fondo infernal donde hemos puesto el “génesis”: muertos, ruinas, lenguas de abajo y luminosos huesos, los “antiguos”, árboles viejos, huellas de cauces, fuegos fatuos, restos aflorando, sombras, arcos de luz abren camino